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Paso a Paso: Raviolis de Ricotta y nueces con salsa de tomate especiada

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Hacía mucho tiempo que no publicaba un plato no dulce, y ya era hora, porqué con lo que me gusta cocinar, y desde hace un tiempo apenas hay recetas saladas en el blog, exigencias del trabajo supongo, pero no del consumo diario,  ya que aunque no os lo creáis ¡no vivo de comer chocolate, tartas y galletas! De hecho es de lo que menos consumo a la semana, así que otro nuevo propósito que he añadido a mi lista que llega al infinito, para este 2015 es publicar recetas más variadas y sobretodo más adaptables a nuestros menús semanales 🙂 Y para empezar lo he hecho con un buen paso a paso de cómo elaborar pasta fresca, algo súper divertido, y que da una satisfacción tremenda.

Ingredientes para la pasta fresca:

470 g de
harina sin blanquear

½
cucharadita de sal

5 huevos
grandes a temperatura ambiente

1 cucharada
de aceite de oliva

 
Ingredientes para el relleno de Ricotta y nueces:

500 g de queso
Ricotta

90 g de
queso parmigiano-Reggiano

2 yemas de
huevo
2 cucharadas
de nueces picadas
Sal y
pimienta

Salsa de
tomate especiada:

250 ml de
tomate frito

Orégano,
albahaca fresca picada.

 

Medimos la harina y le incorporamos la sal. La colocamos en
una superficie de trabajo y le damos la forma de un volcán, haciendo un hueco
en el centro con la ayuda de nuestros dedos.

Rompemos los huevos y los añadimos poco a poco en el centro
de nuestro volcán, con mucho cuidado no se nos derrame por los costados, tiene
que quedar todo en el centro. Una manera fácil de hacerlo es romper los 5
huevos, colocarlos en un bol y lentamente ir añadiéndolos. Le incorporamos la
cucharada de aceite de oliva.
 

Con un tenedor empezamos a remover la mezcla central
suavemente. Con cada movimiento circular vamos cogiendo un poco de harina de
nuestro volcán, así de esta forma irá integrándose toda la mezcla sin
derramarse el líquido de los huevos y el aceite. Cuando la masa ya no se pueda
trabajar con el tenedor y sea todo grumos, empezamos a trabajarla con las manos.

Seguimos amasando e integrando los grumos, hasta que poco a
poco nos vaya quedando una masa compacta y lisa, ligeramente pegajosa pero de
fácil manejo. Si vemos que la masa ya está lista y le ha sobrado harina, no
intentemos incorporarla, quedará demasiado seca. Apartamos la harina sobrante y
le damos forma de bola a nuestra masa final.  Este proceso es de unos 10 minutos, hasta que obtengamos
la masa como la que muestro en la imagen. Cubrimos la masa en un bol colocado boca abajo, y la
dejamos reposar 15 minutos, no mucho más ya que entonces se secará.

Enharinamos la parte superior de nuestra máquina para
pasta, donde procederemos a estirarla hasta obtener la finura deseada (este
paso lo podemos realizar a mano, estirando con un rodillo la masa hasta que
quede del espesor deseado. Es un proceso un poco más largo pero de igual resultado.

Con la ayuda del rodillo estiramos un poco la masa para que
pueda pasar entre los rodillos. de la máquina.Tendremos que realizar varias pasadas para conseguir la finura deseada. Normalmente la máquina para pasta tiene una
rueda lateral para abrir o cerrar los rodillos prensadores. Empezamos por la
más abierta y vamos cerrando hasta obtener el espesor deseado.

A la tercera pasada por la máquina, con la rueda puesta en
el 3, nos quedará una pasta fina pero resistente ideal para trabajarla y
preparar nuestros ravioli

Colocamos nuestra masa en una superficie de trabajo
ligeramente enharinada, y comprobamos
que la anchura sea suficiente como para tapar los ravioli una vez colocado
el relleno.

Para preparar el relleno de ricota, colocamos en un bol los
dos quesos junto a las yemas de huevo, las nueces y salpimentamos. Mezclamos
bien y dejamos en la nevera hasta que vayamos a usarla.
 

Colocamos bolitas del relleno en la superficie de la pasta, separadas un par de centímetros entre ellas.
 

Mojamos con un poco de agua las puntas a juntar y tapamos
con el resto de pasta, cortamos con un rodillo cortador. Si queremos utilizar
el cortapastas redondo colocamos nuestra relleno en la superficie de la pasta y
marcamos con el cortapastas. Cortamos otro círculo sin relleno, pintamos los
bordes, pegamos y apretamos ligeramente.

 
Ponemos a calentar en un cazo 500 ml de agua. Cuando
hierva, le añadimos una cucharada de sal y la pasta fresca. Tapamos y dejamos
unos 5-6 minutos, dependiendo del tamaño de la pasta.
Colamos suavemente la pasta y procedemos a calentar en un
cazo, el tomate frito, le añadimos el orégano y la albahaca. Servimos la pasta
en un plato y la regamos con la salsa de tomate especiada. Rallamos un  poco de parmigiano en el top y servimos
caliente.
 
Espero que os guste la receta y os sea de ayuda para animaros a preparar pasta fresca!
¡Besos!
Ingrid
 

8 comentarios

  1. Me alegro de que te pongas como propósito compartir más recetas saladas, que aunque tus dulces me vuelven loca también preparas comidas de diario fantásticas! Estos ravioli además me han traído buenos recuerdos porque a mi padre le chiflan los ravioli con salsa de tomate. Perfectos!

    1. Muchas gracias Liliana!! la verdad es que sigo adorando cocinar, así que a ver si puedo publicar más recetitas saladas ricas!! un beso enorme y gracias por dejar un comentario 🙂

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